¿Recuerdas cómo fue que empezó todo? ¿Recuerdas cuáles eran tus metas? ¿Qué era lo que buscabas hacer? ¿Lo recuerdas? Claro que lo recuerdas. Lo recuerdas muy bien. Y ahora, te han dañado como querías dañar... Te están usando como querías usar. Te lo mereces... Lo sabes, pero no puedes aceptarlo.
Hoy lo pensaste. En algún momento, en el cual, tus ideas - las más efímeras - se mezclaban con la realidad de tu mente. Lo pensaste. Incluso lo dijiste (sí, una vez más hablabas sola)... "dejaré de ser infeliz cuando lo acepte".
Es tan cierto; pero cuesta tanto. Cuesta tanto aceptar que lo te sucede te lo mereces, que si sufres es porque hiciste sufrir. Todo el daño que te está causando, es el daño que causaste (y el que querías causar, no se te olvide).
¡Qué irónica resultó ser la vida!
Te puso al frente un profesional... Pero no lo sabías. Pensaste que podrías jugar con él, que te divertirías... Te equivocaste. Grave error, pequeña. Él es el que juega contigo (y sabe hacerlo). Tú eres su entretención (y muchas otras).
¿Qué sucede contigo ahora? Es que... ¿acaso te enamoraste de quien no debías? Buscas el corazón de alguien. Pero, él no te lo puede dar. Su corazón le pertenece a otra (quizá la "otra" eres tú).
Pero, seamos honestas por un momento. Aun piensas que puedes hacer que cambie de parecer, ¿verdad? Aun crees que si te esfuerzas lo suficiente... Que si lo convences... Si te arrastras... Si te humillas... Crees que con eso él te verá como algo más que un simple pasatiempo. ¿No es cierto?
Pierdes tu tiempo. Eso no sucederá... No hay manera.
Llegó un día... Te sonrió... Te regaló un "tal vez"... Y creíste que era amor eterno. Mal hecho. Grave error, pequeña.
Creíste inventar un juego... Sin embargo, él jugaba... no tú. ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Cómo fuiste a caer? ¿Cómo te enredaste tanto?
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